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Zahara de los Atunes y Atlanterra
Zahara de los Atunes era, hasta finales del SXX, una pequeña y encantadora aldea de pescadores entre la playa de arena blanca y aguas cristalinas de la bahía de la plata y el rio cachón. Esta aldea, que pertenece al término municipal de Barbate, se ha convertido en los últimos años en un lugar turístico de referencia de la provincia de Cádiz, gracias a sus playas, su particular encanto y a su enorme cultura gastronómica relacionada con el atún de su almadraba.
Precisamente la pesca del atún y su importante almadraba, da origen a esta aldea. El Palacio de las Pilas, del que apenas quedan restos más allá de su muralla, servía de Castillo de defensa, residencia de los duques de Medina Sidonia y Chanca, factoría para el despiece y salazón del atún.
Los zahareños defienden que su río, el Cachón, es el origen de la palabra cachondeo, ya que sus orillas eran elegidas para todo tipo de fiestas y celebraciones.
Muy cerca de Zahara, pero perteneciente ya al término municipal de Tarifa, está la zona conocida como Atlanterra. Una exclusiva urbanización de lujosas casas salpicando la montaña y playas de aguas cristalinas y relativamente poco abarrotadas. Allí está la llamada cala o playa de los alemanes, conocida así por la cantidad de alemanes que vivían allí en los años cuarenta. Una de las hipótesis, y posiblemente la más plausible, sostiene que muchos de esos alemanes eran nazis huidos tras el avance, y posterior victoria, de las tropas aliadas tras la Segunda Guerra Mundial.
Una playa poco urbanizada que aún conserva cierta virginidad y un paisaje dunar con mucho encanto.
Aquí se rodó
Estas localizaciones son recurrentes en Las Últimas de la fila. La arena blanca, las dunas y el mar de un azul turquesa hipnótico sirven de decorado de los días de playa y esparcimiento de las protagonistas y son testigo de sus secretos y confidencias.