En la Comarca de los Pedroches (Córdoba), los amantes de la naturaleza encontrarán en la Sierra de Cardeña y Montoro un paraíso natural que ha aumentado su interés gracias a la magia del cine. Te contamos por qué.
Resulta difícil enumerar las bondades de este tesoro natural de más de 38 mil hectáreas. Sí podemos asegurar que el viajero se encontrará con un bello paisaje que, una vez atravesada la zona más montañosa, rezuma sosiego.
Un escenario perfecto — ¡de cine! — en el que disfrutar sin prisas de actividades como el senderismo, las rutas a caballo o el cicloturismo. Si a ello sumamos su oferta gastronómica y el poder rematar la jornada en alguno de los alojamientos rurales de Cardeña o El Cerezo, tenemos el plan perfecto. A tener en cuenta, y por si fuera poco: la zona está acogida a la Carta Europea Turismo Sostenible para garantizar el desarrollo turístico a la vez que e cuidado del medio ambiente.
¿Quieres saber más razones para convencerte de tu visita? Las resumimos en tres puntos destacados (más uno extra de cine).
Variedad paisajística
Desde el monte más escarpado a su amable dehesa, la Sierra de Cardeña y Montoro es un festín para la vista. En su variada vegetación priman el bosque mediterráneo, los encinares y los alcornocales. Además, la presencia del agua reclama el paseo por los aledaños de los ríos Yeguas y Arenoso. De su abrupto y espectacular curso nacieron —ya llegando al valle y su dehesa— los grandes bolos de granito, también llamados “lomos de ballena”.
Naturaleza en vivo
La abigarrada fauna de la zona combina las especies salvajes y una ganadería en perfecta sintonía. Entre las primeras encontramos el águila imperial (ibérica y real), el buitre (negro y leonado) o la cigüeña, tanto común como negra. Ya en las zonas montañosas conviven el jabalí, el lince o el zorro. ¿Más aún? Con un poco de suerte en sus ríos nos podremos topar con unos siempre simpáticos mamíferos: las nutrias.
Gastronomía autóctona
Del desayuno a la cena, la naturaleza provee al visitante de manjares exquisitos. Solo con nombrar al cerdo ibérico, alimentado de bellota en la dehesa, nos podemos hacer una idea de por dónde empezar. ¿O tal vez por un guiso de caza? ¿Un desayuno con la famosa leche de vaca de los Pedroches?
Puede que también queramos hacer una degustación de las distintas clases de miel aquí elaboradas: ¿de eucalipto o romero? ¿de cantueso o sierra? ¿de azahar o con frutos secos?… Es probable que tengas que llevar provisiones a casa.
‘Entrelobos’, del mito a la pantalla
El lobo ibérico fue un habitante habitual de esta área durante mucho tiempo y ‘Entrelobos’ (2010, Gerardo Olivares), nos ayuda a comprender su relación con el hombre. La acción se sitúa exactamente en esta sierra. No fue un rodaje fácil ya que, al situarse en gran parte en exteriores, se tuvo que enfrentar a un tremendo temporal.
Aún más interesante, la cinta se basa en una historia real: la de un niño que habitó estos parajes durante la época de postguerra. Precisamente el mito del niño salvaje toma cuerpo con el cameo final (¡spoiler!) de su protagonista real, Marcos Rodríguez Pantoja. El carácter casi documental de esta película hace que su visionado resulte un buen aperitivo previo a la visita.